PAULA ERRE

 Muchas veces las personas me preguntan porque pinto fantasmas o que representan estos, ambas preguntas que tienen muchas respuestas, principalmente porque estas cambian constantemente a lo largo del tiempo. Para mí los fantasmas – entre muchas otras cosas- son una forma de representar los recuerdos, pero no con la tristeza que conlleva la ausencia sino, en cambio, como algo más parecido a cuando vivencias una experiencia después de mucho tiempo y te trae devuelta un recuerdo que tenías olvidado. Que te atraviesa todos los sentidos. Como cuando me pongo un caracol en la oreja y escucho el ruido del mar al igual que lo hacía a los ocho mientras recorría la playa, buscándolos. Las fotos también representan para mi registros y formas que pueden tomar los recuerdos, de ahí supongo que nace el lazo entre ambas cosas. También me gusta pensar, en un tono menos nostálgico, que hay algo muy bizarro, ridículo y divertido en los fantasmas habitando espacios, que se corresponden con las fotos de una forma que nunca deja de sorprenderme. En definitiva creo que es el resultado proveniente de una persona que, dependiendo del día, ve los recuerdos como su bien más preciado o como su herida más fresca.